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Di adiós a los juanetes

Aunque no existen estudios sobre su incidencia, se estima que hasta un 56% de la población mayor de 65 años padece de Hallus Valgus, más denominado comúnmente como juanete. Con este nombre tan familiar nos referimos a ese bulto que aparece en la cara interna de nuestros pies, y que se produce cuando nuestro dedo gordo va sufriendo una desviación progresiva hacia el resto dedos. Suele generar dolor y dificultad para caminar y calzarse, además de cierto rechazo estético. El origen de esta patología podemos encontrarlo en una cierta predisposición genética, “sobre todo en personas en los que el primer dedo del pie es más largo que el resto”, explica el doctor Héctor Rupérez, jefe del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología de Hospital Quirón Valencia. Es más frecuente en mujeres, debido a la utilización de un calzado inadecuado de horma estrecha en la punta y tacones elevados. “Aunque también influye la diferencia hormonal que hace que las mujeres tengan, por norma general, una mayor elasticidad articular, lo que favorece el desarrollo de la deformidad”, nos apunta el doctor Rupérez.
Cirugía percutánea del pie
Existen diferentes técnicas para abordar la corrección del Hallus Valgus. Entre las más utilizadas estaría la cirugía percutánea del pie por las muchas ventajas que aporta a la hora de la recuperación. “Se trata de una técnica mínimamente invasiva que permite actuar a través de pequeñas incisiones de unos 2 ó 3 milímetros, con un mínimo daño a las partes blandas o tendones, y mediante anestesia local con sedación para mayor confort del paciente”, explica el especialista .Durante la intervención el especialista realiza cortes a nivel óseo para poder redirigir el dedo y colocarlo en posición correcta, además de eliminar el hueso o exostosis sobrante. No se utilizan tornillos ni otros sistemas de sujeción metálicos, es una cirugía absolutamente ambulatoria. Una vez finalizada la intervención en el quirófano, al paciente se le coloca un zapato postquirúrgico con el que podrá caminar desde ese momento y marcharse a casa. Posteriormente se realizarán diferentes curas para cambiar el vendaje durante dos o tres semanas. En este periodo de tiempo, el paciente, llevará el zapato postquirúrgico y, a partir del mes, utilizará su calzado habitual de manera progresiva.” La recuperación es rápida y prácticamente indolora, y no precisa de tratamiento rehabilitador posterior”, apunta el doctor Rupérez.
Tratamientos no quirúrgicos
Para el tratamiento de los juanetes se utilizan también técnicas conservadoras como las ortopodológicas, que van desde las siliconas interdigitales hasta los soportes plantares o plantillas. “Las siliconas interdigitales son ortesis que se moldean y ajustan a cada paciente para evitar la desviación de los dedos. Al estar personalizadas se adaptan al zapato y el paciente puede llevarlas a diario sin ningún problema”, nos explica la doctora Pilar Pérez, especialista de la Unidad de Podología de Hospital Quirón Valencia. Para la elaboración de un soporte plantar o plantilla será necesario la realización de un estudio biomecánico de la marcha del paciente. El objetivo de esta plantilla es frenar la evolución de Hallus Valgus distribuyendo la fuerza y la presión durante el paso. “Este estudio nos permite adaptar las plantillas a cada persona, ya que las necesidades de cada pie en un mismo individuo pueden ser distintas, de la misma forma que a su peso, calzado habitual o a la actividad deportiva que practique”, nos aclara la doctora Pérez. Igualmente, los juanetes suelen estar muy relacionados con la hiperqueratosis o callos y los dedos en garra, patologías fácilmente prevenibles con este tipo de tratamientos. Para evitar su aparición la especialista nos recomienda, el uso de un calzado adecuado y adaptado a la actividad que realicemos en cada momento, una correcta hidratación diaria de nuestros pies y su revisión periódica por parte del podólogo.
FUENTE: http://www.levante-emv.com/

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