Inicio / Noticias / El Colexio de Podólogos de Galicia recomienda revisiones de los pies de los niños a partir de tres años
Las principales anomalías infantiles son el pie plano, cavo, antepié aducto, pie varo, equino y valgo
es
Borja Pérez, portavoz:
“El modelo más adecuado de zapato debe adaptarse y sujetar bien el pie con cordones o velcro en el empeine”
El Colexio de Podólogos de Galicia recomienda a los padres revisiones en los pies de los niños coincidiendo con el inicio del curso escolar. Los pies son una parte fundamental del cuerpo a la que se le suele dar menos importancia, y la falta de cuidados puede acabar derivando en problemas de piernas y espalda. Los podólogos gallegos aconsejan hacer una revisión podológica infantil entre los tres y cuatro años, siempre que no haya patologías ya detectadas, como las desviaciones de los dedos que se deben tratar antes. “La mayoría de los casos se tratan con tratamientos muy sencillos como las ortesis de silicona a medida, y en poco tiempo se obtiene una corrección de la deformidad” –destaca el portavoz colegial, Borja Pérez–.
Existen muchos padres que al ver a sus hijos con una alteración en los dedos piensan que es una cuestión genética, al padecer también ellos esa molestia, y entienden que no tiene tratamiento aunque sea sencilla su curación. Las principales anomalías de los pies de los niños son el pie plano y el pie cavo. Los especialistas explican que el pie plano puede causar cansancio al caminar o dolor en la planta del pie, y requiere el uso de plantillas para normalizar la marcha de los más pequeños. En el caso de los llamados “pies planos patológicos”, que aparecen a partir de los 8 años y limitan la movilidad y producen dolor, pueden requerir cirugía. El pie cavo tiene mucho puente y es conveniente usar plantillas para acomodar las partes blandas y eliminar puntos de presión, que pueden resultar incómodos a la hora de hacer deporte.
Además, existen otras patologías como el antepié aducto, que se produce cuando la mitad anterior del pie mira hacia dentro; el pie varo, cuando el talón del niño se apoya por la parte externa, lo que requiere plantillas para corregir la pisada; el pie equino, donde se apoyan las puntas de los pies sin asentar el talón; o el pie valgo, llamado así porque el niño apoya los pies sobre la parte interna del talón, colocando el tobillo hacia adentro.
Para detectarlas, los podólogos recomiendan revisiones anuales en clínicas especializadas. “El filtro en las revisiones generales de los niños es demasiado amplio y patologías como el pie valgo y las clinodactilias o desviación de los dedos pasan por alto” –indica Borja Pérez–.
Compra de zapatos, botas y zapatillas deportivas con la “vuelta al cole”
Los podólogos recomiendan elegir siempre un calzado que sujete correctamente el pie, que sea flexible pero con un contrafuerte robusto, y que esté fabricado en materiales naturales para favorecer la transpiración, respectando la “biomecánica y la morfología del pie”. Los podólogos gallegos aseguran que hay que ser especialmente cautelosos en edades tempranas, cuando los más pequeños maduran la marcha hasta equipararla a la de los adultos y comienzan a realizar actividades físicas.
El Colegio de Podólogos aconseja escoger con cautela los zapatos, botas y zapatillas deportivas para la vuelta al cole de los niños. El calzado infantil debe tener una parte delantera que permita una ligera flexibilidad, pero sin llegar a deformarse. El empeine tiene que estar hecho de una piel muy blanda, además de contar con una suela de ter muy elástica y antideslizante para evitar posibles caídas. “El modelo más adecuado es un zapato que se adapte y sujete bien el pie y disponga de cordones o velcro en el empeine” –señala Pérez–. Y en la parte trasera, el calzado tiene que estar compuesto por un contrafuerte firme para estabilizar el talón y evitar el riesgo de torsiones laterales. Finalmente, los expertos del pie recuerdan que no hay que comprar nunca un zapato de un número mayor con el objetivo de que el niño pueda utilizarlo durante más tiempo. Si el zapato no es justo, su talla podría alterar su forma de caminar o crearle ampollas.
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Borja Pérez, portavoz:
“El modelo más adecuado de zapato debe adaptarse y sujetar bien el pie con cordones o velcro en el empeine”
El Colexio de Podólogos de Galicia recomienda a los padres revisiones en los pies de los niños coincidiendo con el inicio del curso escolar. Los pies son una parte fundamental del cuerpo a la que se le suele dar menos importancia, y la falta de cuidados puede acabar derivando en problemas de piernas y espalda. Los podólogos gallegos aconsejan hacer una revisión podológica infantil entre los tres y cuatro años, siempre que no haya patologías ya detectadas, como las desviaciones de los dedos que se deben tratar antes. “La mayoría de los casos se tratan con tratamientos muy sencillos como las ortesis de silicona a medida, y en poco tiempo se obtiene una corrección de la deformidad” –destaca el portavoz colegial, Borja Pérez–.
Existen muchos padres que al ver a sus hijos con una alteración en los dedos piensan que es una cuestión genética, al padecer también ellos esa molestia, y entienden que no tiene tratamiento aunque sea sencilla su curación. Las principales anomalías de los pies de los niños son el pie plano y el pie cavo. Los especialistas explican que el pie plano puede causar cansancio al caminar o dolor en la planta del pie, y requiere el uso de plantillas para normalizar la marcha de los más pequeños. En el caso de los llamados “pies planos patológicos”, que aparecen a partir de los 8 años y limitan la movilidad y producen dolor, pueden requerir cirugía. El pie cavo tiene mucho puente y es conveniente usar plantillas para acomodar las partes blandas y eliminar puntos de presión, que pueden resultar incómodos a la hora de hacer deporte.
Además, existen otras patologías como el antepié aducto, que se produce cuando la mitad anterior del pie mira hacia dentro; el pie varo, cuando el talón del niño se apoya por la parte externa, lo que requiere plantillas para corregir la pisada; el pie equino, donde se apoyan las puntas de los pies sin asentar el talón; o el pie valgo, llamado así porque el niño apoya los pies sobre la parte interna del talón, colocando el tobillo hacia adentro.
Para detectarlas, los podólogos recomiendan revisiones anuales en clínicas especializadas. “El filtro en las revisiones generales de los niños es demasiado amplio y patologías como el pie valgo y las clinodactilias o desviación de los dedos pasan por alto” –indica Borja Pérez–.
Compra de zapatos, botas y zapatillas deportivas con la “vuelta al cole”
Los podólogos recomiendan elegir siempre un calzado que sujete correctamente el pie, que sea flexible pero con un contrafuerte robusto, y que esté fabricado en materiales naturales para favorecer la transpiración, respectando la “biomecánica y la morfología del pie”. Los podólogos gallegos aseguran que hay que ser especialmente cautelosos en edades tempranas, cuando los más pequeños maduran la marcha hasta equipararla a la de los adultos y comienzan a realizar actividades físicas.
El Colegio de Podólogos aconseja escoger con cautela los zapatos, botas y zapatillas deportivas para la vuelta al cole de los niños. El calzado infantil debe tener una parte delantera que permita una ligera flexibilidad, pero sin llegar a deformarse. El empeine tiene que estar hecho de una piel muy blanda, además de contar con una suela de ter muy elástica y antideslizante para evitar posibles caídas. “El modelo más adecuado es un zapato que se adapte y sujete bien el pie y disponga de cordones o velcro en el empeine” –señala Pérez–. Y en la parte trasera, el calzado tiene que estar compuesto por un contrafuerte firme para estabilizar el talón y evitar el riesgo de torsiones laterales. Finalmente, los expertos del pie recuerdan que no hay que comprar nunca un zapato de un número mayor con el objetivo de que el niño pueda utilizarlo durante más tiempo. Si el zapato no es justo, su talla podría alterar su forma de caminar o crearle ampollas.
FONTE: http://copoga.com/